La llegada de la versión online de Ara.cat podría definirse como aquel veni, vedi, vincit. Desde que fue lanzada la medianoche del 28 de noviembre, día de las elecciones al Parlament, no ha dejado de ser líder de los medios digitales generalistas íntegramente en catalán. Triunfo de Ara.cat pero de algún modo supone también cierto fracaso para los medios que llevan online más de 10 años y que han visto cómo el nuevo de la clase les pasaba por delante sin darles siquiera tiempo a pestañear.
Hoy por hoy los medios digitales catalanes comparten las características y carencias propias del mal llamado periodismo digital. Redacciones pequeñas con pocos recursos, donde abunda la opinión, escasea la información propia y se abusa de teletipos y notas de prensa.
El ritmo de la actualidad devora los pocos recursos de los que se dispone y la inercia lleva a muchos a querer darlo todo como su definición de “generalistas” les manda. Con pocas excepciones la mayoría se centra en la actualización continua al ritmo de la última hora y con poca agenda propia “digital”. Al final del día la foto informativa es bastante parecida. Con estas limitaciones los periodistas intentan ejercer con más o menos suerte, y hasta dónde las fuerzas --y el corto sueldo-- les deja.
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