Silvia Cobo

sábado, 24 de septiembre de 2011

La tristeza publicitaria va por barrios

La excesiva dependencia de las empresas de medios de la publicidad ha hecho que la crisis económica y su consecuente bajada de inversión publicitaria esté tocando de muerte a tantos e hiriendo a casi todos. ¿A casi todos? No, Internet es casi un extraterrestre.

Y es que a los medios esta crisis se les antoja inoportuna: en el momento que están más débiles y en que se hace inviable mantener sus grandes estructuras heredadas llega un tsunami: reconversión digital, reestructuración del panorama audiovisual, crisis de la prensa escrita... Todo al mismo tiempo y sin recursos con los que afrontarlo. Pero empecemos por la foto general para ver la magnitud de la tragedia.

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1 comentario:

  1. Si alguien tuviera que decidir ahora cómo crear de la nada El País o La Vanguardia o cualquier medio de prensa con voluntad de hegemonía en su segmento debería preguntarse qué tipo de medio sería el mejor adaptado a los tiempos que corren y correrán: qué estructura, qué modelo de redacción, qué fuentes, qué tipo de plantilla, qué financiación ¿Soporte papel u on-line? ¿Ambos o sólo el segundo? Cualquier medio de prensa que aspire a sobrevivir ha de responderse a estas preguntas y obrar en consecuencia. Se juega su futuro. Y tienes razón, los puestos de trabajo que se pierdan no volverán. Desde luego no de la misma forma. Lo malo de la situación no es que sea mala (perdón por la reiteración) sino que va a ser mucho peor. El 2012 será catastrófico económicamente para España (y muchos otros países) con lo que creo que la inversión publicitaria va a bajar de nuevo excepto en Internet, aunque aquí no creo que crezca tanto, lastrada por la situación general. Y las previsiones para más adelante hablan de crecimientos raquíticos del PIB en el mejor de los casos, sin creación de empleo por supuesto. Pero siendo todo esto grave, hemos de preguntarnos cómo afectará esta situación a la convidada de piedra de los medios, la calidad de la información, ahora que todos tienen las barbas en remojo.

    Saludos, Silvia.

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